“Tensión Líquida”
«Un pulso contenido que fluye entre el caos y el equilibrio, como si la pintura respirara en su propio desbordamiento.»
“Tensión Líquida” es un espacio pictórico donde coexisten el impulso y la contención, lo dinámico y lo suspendido. La pintura vibra con una energía desbordante, casi caótica, pero nunca llega al descontrol total: está orquestada desde el gesto.
Los trazos azules oscuros, con bordes que a veces se diluyen, parecen marcar trayectorias veloces, como si arrastraran materia. Estos gestos se oponen —o se complementan— con puntos, líneas y geometrías más precisas (azules, amarillas, rojas), que crean zonas de pausa, como islotes de orden en un océano de intensidad. Es ahí donde nace la “tensión”: la obra es un campo de fuerzas.
La liquidez aparece no sólo en el nombre, sino en el comportamiento mismo del color. Las pinceladas se deslizan, se superponen, se entremezclan sin rigidez. Hay una transparencia sutil en ciertas capas, como si lo sólido se estuviera disolviendo. El acrílico mantiene la materia en un estado visual de humedad, como si aún no hubiera secado del todo.
Aunque el espectador podría sentir una saturación inicial, la obra no abruma: seduce. Hay ritmo. Como si cada trazo, cada salpicadura, respondiera a una coreografía invisible. La mirada viaja en espiral, atrapada en un vaivén entre lo intuitivo y lo deliberado. Esto es lo que hace que la tensión sea “líquida”: no es violenta, sino seductora.
Es una pintura que no se puede leer de una sola vez. Tiene capas de lectura como tiene capas de pintura. Es una obra que se estira, que pulsa, que se mueve sin moverse. Es un fragmento de energía suspendida.
Detalles:
Tela de algodón engessada sobre bastidor.
Barnizada y enmarcada en cajón ingles de madera natural
3cm x100cm x 50cm
*Técnica mixta. Pintura ecológica, acrílico, pastel, oleo en barra …